jueves, 26 de mayo de 2022

RETO A LOS OLVIDADOS




Cuento de Oswaldo Mejía
  (Derechos de autor, protegidos)



Allá, muy allá, en los confines del universo; en un lugar remoto de esos cuyo origen llega a nuestro entendimiento siempre velado por un manto de incomprensibilidad sobre el que se embriónan dogmas... Allá, donde de manera constante mueren y nacen astros, estrellas y galaxias…y sin embargo cuando señalamos con nuestros dedos índices su ubicación, sólo se distingue una densa negrura que la sugiere como ajena a cualquier génesis. Allí empezó esta gesta que entre oníricos mensajes me ha sido narrada.

En uno de esos distantes mundos, sólo Dios sabe en qué tiempos, el orden establecido estaba regido por imposiciones dictatoriales y normas irrefutables provenientes de las lenguas del inefable “CONSEJO DE LOS GRANDES SEÑORES”, grupo mítico de “mandamás” sin rostro visible, que se auto conferían el poder de determinar cómo y hasta cuándo se definía la existencia de “LOS COMUNES”. Ellos decidían sobre los demás: Qué debían comer, cómo debían vestir, de qué debían enfermarse, el modo en que podían divertirse y hasta las causas por las que debían morir. Ir en contra de algunos de sus inquebrantables mandatos significaba hacerse acreedor a severas represiones que fluctuaban en un rango, que iba desde la tortura y confinamiento perpetuo hasta la pena de muerte, más aún si el delito cometido era la realización de cualquier tipo de experimento genético. Esa atribución se la tenían reservada para sí mismos; si alguien osaba infringir esta última regla, el o los infractores serían condenados a la inmediata eliminación de su existencia en cuanto fueran ubicados por el escuadrón denominado “LOS IMPLACABLES”.

A la sazón, cuatro científicos guiados en parte por el común sentido del ansia de conocimiento, así como también por la primitiva tentación de jugar a ser dioses, desobedeciendo la autoridad implantada, habían estado efectuando estas vedadas experimentaciones de manipulación de genes, cada vez de manera más atrevida, lo cual los fue poniendo bajo sospecha y posteriormente en evidencia. Ello, al desatar la ira del CONSEJO DE LOS GRANDES SEÑORES con su rebelde actitud, los calificaba como presas, por defecto, del grupo encargado de aplicar la pena capital, “ad hoc” para estos casos.

Aunque suene a inútil, pues Los Implacables tenían la fama y el prestigio de jamás haber dejado escapar condenado alguno que se les encomendara capturar y eliminar, el cuarteto inculpado y sentenciado, sabiéndose descubiertos, emprendieron la presunta estéril huida. 

Rápidamente abordaron una nave pequeña, que por sus dimensiones garantizaba velocidad y maniobrabilidad. El equipaje era casi nulo, tanto como las exiguas provisiones, tal si se tratara de la consciente premonición de una fuga destinada al fracaso inminente pero igual… Nadie con sus cabales intactos se resigna a aguardar en quietud a la muerte. La reacción siempre será correr, huir, buscar alejarse físicamente del fin de los fines. En cambio fueron muy cuidadosos en llevar a bordo gran cantidad de semillas y algas diversas.
Los destacados científicos, tres varones y una mujer, cuyo delito había sido, justamente, manipular con el génesis de la vida, ahora estaban en condición de penados fugitivos a bordo de una navecilla espacial que por muy rápida que fuera no ofrecía la menor garantía de cumplir el propósito de evadir el encargo del escuadrón de Los Implacables.
Ni bien cerraron la escoltilla, TEO, el científico de más edad y ascendencia entre los cuatro, tomó posición del sillón de mando desde donde se guiaba la pequeña nave. Esta, de manera aparentemente absurda, no estaba dotada de timón alguno ni artificios que pudieran favorecer el enrrumbamiento.

 Ni bien TEO se instaló en el asiento, algo más de una decena de cables emergieron del mismo conectándose esmerada y milimétricamente a diversas partes de su organismo. Electrodos y agujas se adhirieron a su cabeza, pecho y extremidades. Casi al instante, por el interior de las cánulas se hizo visible el torrente de líquidos que de manera invasiva iban penetrando en el organismo del piloto de turno. Adrenalina y otras hormonas sintéticas, entre ellas estimulantes del impulso sexual como la testosterona, eran introducidas al flujo sanguíneo de TEO en dosis tan escrupulosamente específicas como su metabolismo necesitara para afrontar las circunstancias que se presentaran. El suministro de adrenalina era constante.

De pronto la nave se puso en movimiento. El pánico era colectivo, la histeria amenazaba con desestabilizar la cordura. Sólo TEO, ayudado por las mencionadas hormonas sintéticas, encaminaba la crisis hacia un stress positivo. 

La navecilla partió rauda, gobernada mentalmente por TEO que guiaba el curso por impulsos telepáticos dictados desde la lucidez inducida por el riego hormonal a que era sometido, con reflejos específicos y acertados que le permitían sortear y evitar colisionar con cuanto obstáculo aparecía en su camino. Superada la atracción magnética natural que ejercen los cuerpos celestes, la nave comenzó a devorar miles de kilómetros en el espacio libre. Todo fue quedando atrás: los lugares, los recuerdos… la vida misma estaba siendo reemplazada por la incertidumbre de ir “hacia no sé dónde”. El objetivo de alejarse de la muerte se estaba cumpliendo y sin embargo los temores no cesaban, simplemente se transformaban y eran suplantados por nuevas aprensiones. Esto es una constante de la existencia misma y en ese contexto no cabía la excepción. 

Tras de ellos, a lo lejos, de manera súbita, se hicieron visibles siete puntos flotantes que poco a poco fueron creciendo y adquiriendo la relevancia de siniestras presencias punzantes provocadoras de angustia y dolor en el alma de los fugitivos.

¡Claro que sí! Si era uno de los escuadrones de Los Implacables, jauría volátil de siete naves de caza pilotadas por expertos en el arte de acechar, acosar, emboscar, atrapar y ejecutar. Despiadados matadores por encargo y muy responsables… disfrutaban apasionadamente del cumplimiento del rol que se les había asignado, y ahora estaban allí, a sus espaldas, husmeando y deleitándose con el miedo de los fugitivos… el juego previo del depredador instantes antes de devorar a la presa.

La navecilla con  los cuatro científicos era apenas un punto deslizándose entre la inmensidad del espacio, transportando el espanto que provoca la cercanía de la muerte… cada vez más cerca, reclamando por el festín de su sangre.

Continúa...





(Pieza única. Año 2015. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


27 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchísimas gracias. Durante ocho días publicaré uno a uno los ocho capituloss de este cuento.

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  2. Excelente!!!! Gracias erés brillante Oswaldo.

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    1. Muchas gracias amiga. eres muy generosa y gentil conmigo.

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    2. Y me pregunto en cuantos planetas ha sucedido esto la rebeldía y querer ser dioses t así. Por consiguiente a l totalitismo done todos somos juguetes saludos amigo

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    3. Todo conocimiento empieza por la curiosidad. Luego se hará invasivo el deseo de saber más. Es la lógica entre los pensantes. Un abrazo querido amigo.

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  3. Gracias mi querido hermano, y maestro muy impresionante.

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  4. increible, gracias por tomarte el tiempo de compartir.


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  5. Al principio creí sumergirme en un relato con tintes de leyenda, pronto se impone la CF, tan bien relatada. que te atrapa. Al final lo he visto como una alegoría de este mundo nuestro tan loco, donde los poderosos siempre aplastan a los pequeños.

    Un abrazo, Oswaldo.

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    1. Gracias querida amiga, ojalá te animes a leer los capítulos restantes. Un abrazo enorme.

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  6. Que gran capituló, estaremos a la espera de su continuación. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.

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    1. Gracias hermano mío. Los capítulos restantes estan aquí a tu derecha.

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  7. Me ha gustado mucho. Me he puesto a pensar, ¿Llegará algún día en que se pueda pilotar una nave con la mente? ;-)
    A la espera de la continuación. Abrazo

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    1. Gracias por tu visita querida amiga. Los capítulos restantes estan aquí a tu derecha. Abrazo..

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  8. Muy interesante....ojalá y continúe rápido

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    1. Gracias por venir. Los capítulos restantes estan aquí a tu derecha. Abrazo..

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  9. El infitesimal universo etéreo conspirador d pensamientos y deseos negados por naturaleza...

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  10. Gostei muito da arte gótica

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  11. Reymon- ¡Tu blog de galaxias es un viaje celestial a través del cosmos! La forma en que exploras las maravillas de las galaxias y el universo es realmente cautivadora. Cada publicación se siente como una aventura cósmica y tu pasión por desentrañar los misterios del espacio es evidente. Esperamos más conocimientos estelares y descubrimientos astronómicos en su blog.

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  12. Me encanta todo lo que te leo y este, lo releo y releo, porque allí tu expresión poética, imaginaria y artística se diluye en mieles para el espíritu, el alma y la imaginación de quienes lo disfrutamos. Felicitaciones

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