miércoles, 1 de junio de 2022

EN LA VEREDA VIENDO PASAR MENTIRAS




Cuento de Oswaldo Mejía
  (Derechos de autor, protegidos)



El apoderarse de las mentes de los Normales era vital para estos Dioses patéticos, pues intuían que los necesitarían como serviles aliados para imponerse a sus rivales en caso de que peligrara su preponderancia; además de que su mediocridad les exigía ser adorados por el producto de su “creación”, o si hablamos con propiedad, su manipulación. Ambos bandos coincidieron en la misma opción: Aparecer ante los Comunes como portadores de deslumbrantes poderes divinos y portentos hechos que se grabarían en las mentes de esta raza como si fueran milagros. Así bajaron de las nubes, presentándose como Dioses benefactores, confundiendo esas inteligencias emergentes, que se creyeron el haber visto seres etéreos provistos de alas, descendiendo de los cielos para protegerlos y regalarles la promesa de una vida eterna, al lado de ellos en su Reino celestial; todo a cambio de que les rindieran culto y les obedecieran de manera incondicional.

Durante miles de años, las culturas evolucionaron, progresaron y decayeron, viendo en muchas ocasiones las naves de los Dioses surcando sus cielos, siempre buscando identificar entre los Normales a los que poseyeran entre sus venas sangre de Titanes para engrandecerlos y dotarles con el entendimiento excelso y con una capacidad evolutiva destinada sólo para los herederos de su dizque divinidad. Ellos serían los forjadores del progreso de esta indetenible carrera científico-intelectual cuya meta pareciera ser, en un futuro, el llevar a la semilla que vino de los confines del universo, de retorno hacia los mismos cielos que alguna vez fue obligada a abandonar, aun cuando sus promotores, quizás no lo tuvieran planeado como objetivo.

Fueron estos Escogidos los que oyeron sus voces directamente; fueron ellos los primeros en ser adiestrados en el uso del fuego; fueron ellos los instruidos para la construcción de magnas edificaciones. Fueron ellos los iniciados en la observación de los astros que pululan los cielos. Fueron estos titanes, los primeros señores de la guerra, encargados de imponer la “verdad divina” a través de la fuerza, entre sus congéneres que osaban creer una verdad diferente.

Paulatinamente Dioses y Demonios fueron exacerbando sus mutuos odios y rencores, inculcando los mismos en las mentes de los Titanes y los Normales. A la vez que les proporcionaban conocimientos técnicos para su desarrollo, también los inducían al temor y rechazo hacia los Dioses contrarios, o Demonios.

Esta competencia “divina” desencadenó en una carrera de abducciones e interrelación continua entre Dioses e iluminados. Lo que se habían propuesto estos pseudo Dioses era ir activando de manera gradual, inteligencias múltiples entre sus Escogidos, hasta convertirlos en verdaderas antenas receptoras de mensajes e información cósmica que desde el inicio de los tiempos, siempre estuvo sobre sus cabezas, pero que por sus incipientes inteligencias, les era imposible recepcionar,  más, poco a poco fueron desarrollando estas capacidades. Entonces  no resultaba raro que uno de estos Iluminados, despertara a la mañana siguiente henchido de la convicción y los argumentos para emprender una magna construcción sin precedentes, sin siquiera haber tenido una prueba practica de factibilidad del proyecto, y sin embargo los resultados eran satisfactorios. Estos fueron los llamados Arq-Ángeles, o Ángeles arquitectos. Muchos líderes guerreros emprendían campañas bélicas con pronósticos lógicos de fracaso, y sólo esgrimiendo que lo hacían por “orden divino” lograban condiciones favorables y por ende el éxito. Estos serían los grandes Reyes que se decían ser los de “origen divino”. Resultaba común que de pronto, un Iluminado, con sólo mirar a los cielos, fuera receptor de información astronómica y astrológica. Estos serían los sacerdotes adoradores y portadores de la palabra de los Dioses.

Por doquier, sobre la vasta faz de este mundo, los Normales veían con frecuencia la realización de proezas inimaginables por parte de los iluminados, que a la sazón serían reconocidos como Ángeles Mensajeros, siempre al amparo de uno u otro bando de los Dioses.

Lo que en un principio fue una lucha divina de poderes por apoderarse de las mentes de los Comunes, fue tornándose un conflicto cuyo detonador eran los celos por lograr preponderancia de adoración y culto. Entonces ocurrió lo predecible en estos casos… El enfrentamiento directo de Dioses contra Dioses. La conflagración divina que terminaría arrastrando e involucrando a los Titanes y Normales en una sangrienta disputa que poco o nada debía incumbirles.

Era inevitable. Tenía que ocurrir. Cada bando de Dioses había logrado imponerse como divinidades absolutas de determinados grupos de esta nueva especie, no quedando sobre estos suelos, grupo de Normales, libre de la influencia de uno u otro bando de Dioses. Entonces se dio la lucha por arrebatarse entre ellos los adeptos ya conquistados…

No tardaría mucho tiempo para que ambos bandos de Dioses se vieran frente a frente, en su afán por dirimir quienes debían erigirse como los Dioses absolutos de este mundo.

Los Titanes y Los Normales fueron inducidos a cruentas batallas disfrazadas de guerras santas. Combatían raza contra raza, cultura contra cultura, creencias contra creencias; cada contrincante, fortalecido, repotenciado y armado por sus Dioses protectores. A la par, también los Dioses participaban en estas lides valiéndose de armas y artificios, productos de su adelantada tecnología y su estimulo de odio hacia sus rivales.

Es todo rincón del mundo, ejércitos de Normales eran diezmados y quienes quedaban heridos o mutilados eran rápidamente atendidos y recuperados por Iluminados adiestrados en las artes de la medicina, que gracias a las enseñanzas de sus Dioses protectores, estaban altamente preparados para reparar casi cualquier daño en los tejidos de sus congéneres.

Sucedió entre estas batallas y enfrentamientos divinos, que del par de Dioses que desterrara Teo del paradisiaco refugio inicial, uno resultara gravemente herido y el otro muerto. Entre el bando vencedor, también perdió la vida la hembra que acompañaba a Teo. El mismo Teo, quien se adjudicó el título de vencedor… también había resultado herido; más a pesar de su estado debió reponerse. Era imperativo ocultar a cuanto Normal hubiera sobre el planeta los decesos divinos, así como la complicada situación de la salud del Dios herido. Entre los Normales, nadie debía enterarse que quienes ellos creyeron Dioses eran sensibles a ser heridos, y por ende…mortales.

El mantener esta patraña lejos del conocimiento de los Normales, no sería posible sin la complicidad de otros protagonistas…

Continúa...




(Pieza única. Año 2015. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


8 comentarios:

  1. Cuánta fantasía tras la que se puede ver ese fondo de realidad, de presentarse como dioses benefactores para someter a los pueblos con terribles guerras. No, los dioses no eran tales.
    Un saludo, Oswaldo.

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    1. Encantado de que estés aquí amiga mía. Gracias por venir y obsequiarme tu comentario.

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  2. Es extraordinario 😍

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    1. Que bueno que te agradó. Ojalá te animes a leer el resto de capítulos.

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  3. Tratare de leer este cuento. Se nota que es unteresante

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    1. Para cuando puedas y desees, aquí te estaremos esperando...

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  4. Reymon-Tu blog gótico de arte oscuro es un fascinante viaje a las sombras. Cada pieza entrelaza intrincadamente oscuridad y belleza, creando un tapiz inquietantemente hermoso. Tu capacidad para evocar emociones y contar historias a través de tu arte es realmente encomiable. Esperamos creaciones más cautivadoras que trasciendan lo ordinario y abracen lo misterioso.

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