Corro y corro; no sé si persigo o soy a quien
persiguen, no hay chance de averiguarlo, sólo obedezco a mi ansiedad. Quizás
huyo del hambre persiguiendo una presa aún invisible, o quizás huyo de un
depredador para no ser devorado.
No recuerdo en qué momento empecé a correr. Me
encontré conmigo en plena carrera y no quise ni me quiero detener. Aquí a la
vista, no hay nada, pero si me detengo… ¿Cómo llegar a algo? Debo seguir, debo
seguir. En la oscuridad y entre el murmullo de mi demencia, me ha parecido oír
un -“¡Lo hicimos!”- Sin detener por completo mi carrera, volteo hacia el punto
de donde debió provenir la voz, hubiese querido hallar a alguien o algo que
abrazar; soy un dérmico, y como tal me agrada sentir otros brazos rozando los
míos, pero no hay nada ni nadie.
Debo seguir corriendo… o me quedaré
eternamente en esta nada.
Wow describes muy bien como nos llegamos a perder dentro de los mundos que nosotros mismos creamos al punto de no distinguir la realidad y sólo queda seguir .
ResponderEliminarNuestra mente tiene tantos vericuetos, que facilmente podemos extraviarnos entre ellos. Gracias por comentar.
EliminarHermoso verso es genial ♥️♥️
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Eliminar🌹♥️🌹♥️🌹♥️
ResponderEliminarGracias por venir.
EliminarBonito y explícito relato amigo, enhorabuena, un saludo desde ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.
ResponderEliminarGracias hermano mío.
EliminarExelente escrito.me encantó por un momento me puse en el lugar del personaje ya que describe perfecto mi situación.
ResponderEliminarGracias saludos
Gracias a ti por tu gentil visita. Un abrazo.
EliminarMuy buena como reflexionar
ResponderEliminarGracias potr comentar.
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