ENTREVISTA A OSWALDO MEJIA, por Patricia de la Torre

"SOY UN FABRICANTE DE REALIDADES

ALTERNATIVAS, QUE REPARTE

GOLOSINAS ENVENENADAS 

CON FANTASÍA"

“SOY UN FABRICANTE DE REALIDADES ALTERNATIVAS, QUE REPARTE GOLOSINAS ENVENENADAS CON FANTASIA”. Es un slogan o título muy auspicioso ¿Realmente está convencido de ser lo que describe en su presentación?

Nuestras convicciones suelen ser dinámicas y cambiantes, pero en este momento esa descripción está vigente, y te digo que sí, estoy convencido de ser lo que digo ser. No por jactancia, sino, porque con mi arte logro generar en los que conectan con mi obra, un viaje hacia su propia fantasía. Lógicamente, los que no conecten, se irán con las manos vacías. 

¿Cree Usted que es sencillo y asequible para el común de las personas conectar con su obra?

No es por un elitismo preconcebido, sino más por un elitismo natural. Conectar con mi obra requiere, para empezar, de una predisposición del observador, a mirar y leer cosas diferentes, y en segundo lugar, a que el mismo, tenga la suficiente sensibilidad para armar su propia realidad alternativa con los elementos que yo muestro.

Es decir ¿El espectador debe tener ante su obra una participación activa para conectar plenamente?

Exacto. Mi obra es un cúmulo se imágenes, palabras, metáforas y simbologías, cuya finalidad será estimular la fantasía propia del espectador, para que este inicie el viaje con su propio guion y sus propias visiones. Yo sólo soy el estimulador de esas reacciones.

Estando su arte, tanto pictórico como literario ubicado en el ámbito surreal, debe ser complicado explicarlo.

No es complicado, es imposible de explicar. Mi arte no hay que entenderlo, sólo hay que percibirlo. No requiere más que de querer emprender el viaje.

¿Entonces podríamos decir que su forma de expresarse mediante el arte es impersonal?

Muy por el contrario. La mayoría de mis obras son escritos e imágenes autobiográficas, a las que yo les he dotado de una mitología con la cual intento hacerlas seductoras y atractivas para los espectadores que tienen el interés de enfrentarse a ellas.

Muchas de sus obras tanto pictóricas como literarias -Lo que usted llama binomios- Son un descarnado retrato del subconsciente humano. Esto puede resultar chocante entre muchos que no soportan ver como son por dentro ¿Ha sentido en ocasiones rechazo o censura hacia su obra?

Sí, de vez en cuando aparece alguien tildando a mi obra, sobre todo a la pictórica, de apología a la misoginia, de pornográfica, o simplemente, arte de mal gusto. Pero eso me tiene sin cuidado, mi arte difiere diametralmente de esas definiciones. Lo que ocurre es que, sobre todo mi arte pictórico, son espejos donde los espectadores ven reflejados su interior. Entonces, quien ve demonios en mi obra, no son mis demonios, sino los suyos propios. La misma obra, ante otros ojos, quizás aparezca plagada de ángeles.

Bien. Entonces dejemos que sea el público quien juzgue y haga su propia película con el arte que usted propone. Para ir finalizando. Ante las críticas y las censuras, sobre todo hacia su arte pictórico ¿Nunca pensó en la posibilidad de bajarle el tono a sus ilustraciones?

No tendría porque haberlo pensado. Yo estoy convencido de que mi arte debe ser inquietante y perturbador, sin llegar a ser grosero, si no fuera así, creo que serían meras e insulsas imágenes decorativas.

Algo más que desee agregar a esta entrevista, que yo, personalmente, catalogaría de deliciosa golosina envenenada con fantasía.

Muchas gracias por permitirme expresar algunos aspectos de mi obra. A quienes miren y lean esta entrevista les dejo unos versos de mi autoría, que creo, me pintan de cuerpo entero. 

Soy una fiera monstruosa, rabiosa…

Y asquerosamente sentimental.

Soy letal.

Soy un perol infernal donde se cuecen ideas sueltas.

Cabalgo entre la confusión y sobre mi caos escribo:

¡Abran paso a este débil súper-hombre!