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¡Sí, yo sé volar!
Es muy fácil. Sólo me acuesto, tomo aire y ejerzo presión hacia mi bajo
vientre, endureciendo mi estómago. Así empiezo a levitar.
Aún no tengo
mucha habilidad ni control de mi cuerpo en el aire, pero abriendo mis brazos en
cruz, y manoteando logro estabilizar mi vuelo.
El problema
es que únicamente desarrollo este poder cuando estoy a solas. He invitado a
otros niños para enseñarles como lo hago. Les explico que deben concentrarse y
endurecer su abdomen, mas, por algún motivo que desconozco, delante de ellos no
dio resultado, y eso me embarga en una profunda tristeza…Pues sé que los niños
disfrutarían más que yo de esta experiencia. Sin embargo, ellos se van de aquí
defraudados y con la convicción de que soy un farsante.
Hoy te
invité a ti, y estoy seguro que vamos a lograrlo ¿Deseas intentarlo?
Sabía que
aceptarías.
Sé que hoy
no fallará, pues tú eres diferente. Te hallé en mi sueño, y en sueños todo es
posible…
Acuéstate,
concéntrate, y pon presión en tu abdomen… así como lo estoy haciendo yo…
¡¿Ves?!
¡¿Ves?! ¡Nos estamos elevando!
¡Abre tus
brazos y manotea como si tuvieras alas!
Me encanta
tu risa, es señal de que estás disfrutando…
Sabía que
contigo lo lograríamos.
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