lunes, 5 de septiembre de 2022

RESPUESTA A FENIX ALETARGADA




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



No tengo recuerdos anteriores; cuando desperté ya era un hombre; quizás nunca fui niño, o quizás pasé mi niñez dormido.

Fue adrede o por error, que se me concedió la inmortalidad y mi inmunidad al paso del tiempo…Maldita inmortalidad que debo cargar a cuestas. He visto envejecer y morir a mi amada mujer y a cuatro de mis amados hijos. Hoy vengo de enterrar al cuarto de mis vástagos. Murió a los setenta y dos años, viejo, deteriorado y cansado, y como en los anteriores funerales, yo cavé su tumba.

“Al hijo que pierde a su padre se le llama huérfano, mas al padre que pierde a su hijo, no hay forma de llamarlo… No existe vocablo para denominar tamaño dolor”

Sólo me queda Benjamín el quinto de mis hijos. Tiene sesenta y tres años, y ya muestra los achaques del paso del tiempo, mientras yo continúo joven y rebosante de vida; pero ya estoy cansado de cavar tumbar para mis seres queridos ¡No quiero cavar la tumba de Benjamín! Luego seguirán las tumbas de mis nietos…

Bendito Dios travieso ¡No quiero cavar más tumbas! ¡Quiero morir! ¡Te lo suplico! …Déjame morir…

…Que la próxima tumba que se cave…sea la mía…






(Pieza única. Año 2015. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)


10 comentarios:

  1. Increíblemente hermoso pero muy deprimente y lleno de dolor

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  2. Fantástico.. Inmensa tristeza de intensa eternidad!

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    1. Yo narro un dolor ajeno, pero aún así, también sentí el dolor. Gracias por comentar.

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  3. Muy triste enterrar a los hijos como dice no existe vocabulario para estas perdidas muy dolorosas

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  4. Excelente historia 👍

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