Trajeron un sueño desde allá y debían soñarlo
acá.
“Al amor no hay que conocerlo sino reconocerlo
con la puntualidad de lo que escrito está”.
Se miraron con el deleite que emana de la convicción
y la complicidad de saberse extraños a la realidad que se afana por alterar los
pasos.
*-Eres Eva vestida de amarillo, con sólo una
cartera por equipaje. Eres Ángel venido de donde no hay tiempo ni espacio. Eres
hembra con ojeras color promesa… Y te amo hoy más que ayer y menos que mañana.
Este nido lo construí con la ilusión que emana
de mi persistente demencia de lobo en celo, por ello es cálido, rustico y
acogedor. Aquí estarán a salvo nuestras caricias.
Comeremos pescado cocido en limón, acompañado
con cebollas, ajos y ají picante, así tendremos un motivo más para aplacar
nuestro ardor de boca con esos besos que nos tenemos pendientes. -
Alguien traerá la comida para ambos, mas, no
se pueden explicar por qué hay cuatro platos blancos sobre la mesa, si a este
sentir sólo asistirán los dos…
¿Unos platos vacíos serán distracción, cuando
las pieles urgen de acariciarse desnudas?
*-Debemos apresurarnos en empacar mi magia
de colores en los cilindros, amor mío. Un ave vendrá por ellos, pues es urgente
repartirlos a los dementes, soñadores y buscadores que pululan allá afuera. -
**- ¿Viste que nos trajeron el bebé que
siempre deseamos tener? Debo cambiarle su pañal; debo repetir ello cada dos
horas, el despertador se encargará de que no lo olvidemos. -
Ahora eran cuatro bandejas blancas, dos vacías
y dos conteniendo el pescado cocido en jugo de limón y sabores picante.
¿Dos bandejas vacías serán distracción cuando
las pieles urgen de acariciarse desnudas?
Él dejó a un lado su ensimismamiento y de un
salto descendió de la gran roca que usaba como santuario de atracción para
sueños. Ella era Eva; era Magdalena, era mil nombres de mil vidas con sus
ojeras color promesa; y se fundieron en un tierno abrazo, de los que se proveen
los dérmicos. Los delicados dedos de ave se movieron para acariciar los
cabellos de hembra, mientras la estrechaba contra su pecho de macho enardecido…
Un beso es el inicio para la sublime conexión
entre los amantes. El saborear la esencia humana para elevarla a la condición
divina. El alba del festín copulatorio donde ambos devoraran el reclamo del
otro.
Él la cargó con la devoción con que se debe
tomar a un ángel y la depositó sentada sobre la roca santuario donde antes
estuvo acuclillado. Con suavidad separó sus muslos y entre ellos cobijó su humanidad.
El volcán empezaba a liberarse.
El vestido color amarillo fue subiendo
lentamente, dando paso a la desnudez de Eva; a la Magdalena hembra; a los mil
nombres de mil vidas hechos piel.
**-Entra en mí, macho mío. Te siento en mi
puerta, pero te deseo dentro de mí, invadiéndome. -
Él la bajó hasta encajar exactamente lo
cóncavo y convexo de su celo. En ese momento una bandada de aves blancas
revoloteó el recinto, trayendo en su aleteo aromas a flores de sueño, mientras
él recorría lo más recóndito de su amada.
**- ¿Sabes que mi madre jamás me dejó usar
ningún vestido amarillo, debido a una pesadilla en la que yo me soltaba de su
mano y era arrollada por un autobús? … Pero este es nuestro sueño y quise
ponérmelo para ti. -
¿Acaso dos bandejas y dos platos vacíos serán
distracción cuando las pieles urgen de acariciarse desnudas en un sueño?
**-Recordando lo increíble que pudo ser una
vida contigo, el aroma de las flores de sueño aún me acompaña…-
Caballero Oscuro excitante relato no cabe duda que que todos quisiéramos vivir un sueño así y tal vez en este momento estoy dentro de ese sueño en el comienzo sabes por qué te lo digo hermano cuidate mucho saludos
ResponderEliminarGracias por estar aquí Caballero Oscuro.
EliminarMuy buen relato!!!
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarCreo que no puedo escribir nada me da mucho pudor y no porque no me haya gustado, me encantó.
ResponderEliminarGracias por llegar hasta aquí.
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