sábado, 24 de junio de 2023

VOZ QUEBRANTADA




Ilustración y cuento de Oswaldo Mejía.

 (Derechos de autor, protegidos)






Era la hora del ocaso; los dos enanos hallábanse en una rutinaria patrulla de vigilancia por el lago cuando el firmamento se ilumino de sobremanera, y como un bólido, un artefacto transparente, con forma de huevo cayó desde el cielo, estrellándose pesadamente en medio del lago, desintegrándose y desapareciendo entre las aguas.

Uno de los enanos estaba completamente cubierto por una armadura y un casco que le cubría cabeza y cuello, y una pequeña espadita al cinto. Debía ser de caballería pues estaba montado sobre una varilla rematada en una cabeza de madera con forma de cabeza de caballito y al otro extremo llevaba acondicionadas dos rueditas.

El otro enano llevaba sandalias de guerrero, un calzón ancho, el torso cubierto por una cota de mallas metálicas, un yelmo con dos cuernitos, y estaba armado con un tridente.

El par de enanos empapados por el enorme salpicón producto de la colisión aun no salían de su asombro, cuando empezó a emerger del lago una joven doncella completamente desnuda, de piel celeste y largos cabellos color naranja. Era bellísima, perfecta…divina.

 Ambos enanos saltaron sobre ella, le ataron las manos por detrás de la espalda, así mismo rodearon su cuello con una cuerda; el enano con armadura montó en su remedo de caballito y emprendió la marcha tirando de su presa; atrás, el otro enano los seguía marchando con paso marcial, a la vez que marcaba su marcha. UN, DOS, TRES, CUATRO…UN, DOS, TRES, CUATRO…

Así llegaron a la corte de El Gran Godofredo, el obeso soberano de la comarca, quien como siempre, estaba rodeado de su extravagante séquito: Nobles ebrios de licor y hachís, libidinosas concubinas y cortesanas semidesnudas; esclavos, y algunos adulones y bufones; un poeta ensimismado en su melancolía, que no cesaba de lloriquear mientras escribía versos; un fenómeno con dos cabezas, una de mujer y la otra de hombre, ambas cabezas  se besaban apasionadamente en las bocas de manera repetitiva mientras se manoseaban con descaro; y en primera fila, un nene malhumorado y con cara de sabio, montado en el cuello de un fornido hombre-bestia, cuyos descomunales brazos eran tan largos que los nudillos de las manos le llegaban al piso. El hombre-bestia tenía la peculiaridad de asentar todo lo que decía el nene con un <<Ezo e’ verda mi niño…>>

-Gran Godofredo ¡Mire lo que capturamos! - Y empezaron los enanos su relato de como cayó del cielo el huevo transparente y como luego salió de las aguas, la bellísima joven de piel celeste.

El Gran Godofredo tomó poca importancia a la narrativa, él estaba más absorto en escudriñar con evidente lujuria la belleza de la joven. Entonces preguntó *– ¿Y de dónde viene esta preciosura?

-No lo sabemos Gran Godofredo. Hasta ahora ella no ha pronunciado ni una palabra, solo sabemos que cayó del cielo.

*-Llévenla a mis aposentos, será mi concubina principal, como soberano de esta comarca me lo merezco.

El nene con mirada de sabio se pronunció **-No Gran Godofredo, ni te atrevas a tocarla, si vino del cielo es porque es un ángel.

-Ezo e’ verda mi niño…

*-Y a quien le interesa si es ángel, humana o demonio…

**-Gran Godofredo, los ángeles vienen del cielo y son portadores de mensajes divinos.

-Ezo e’ verda mi niño…

*-Pero si no habla. No hay mensaje…

**-Ya hablará o encontrará la forma de comunicarnos su mensaje divino.

-Ezo e’ verda mi niño…

A los pocos días se dio la fecha del onomástico del Gran Godofredo. Se armó una gran fiesta en la corte, con todos los excesos habidos y por haber: licor, hachís, comida y desenfreno.

Salvo el nene con cara de sabio y su montura se mantenían sobrios. Los demás, incluso la bella joven caída del cielo, ya estaban generosamente ebrios. Entonces la jovencita celeste, ebria y recostada en un rincón empezó a balbucear. El único que se percató de ello fue el nene con cara de sabio, quien levantó la voz gritando **-¡Silencio! ¡Silencio! ¡El ángel quiere hablar! Creo que quiere comunicarnos su mensaje divino.

-Ezo e’ verda mi niño…

Silencio total. Todos estaban atentos a lo que diría la jovencita celeste. Primero eructó y luego entre balbuceos dijo: ***-FELIZ…CUMPLEA…ÑOS…GORDO-FEO

De pronto el silencio se quebró por una risotada general -JAAA-JA-JA-JA-JA-JAAAA Las burlas también se generalizaron -¡FELIZ CUMPLEAÑOS GORDO FEO! …JAAA-JA-JA-JA-JA-JAAAA.

Las carcajadas festejando la ocurrencia no cesaban. El Gran Godofredo solo atinaba a mirarlos con el ceño fruncido y su dignidad por los suelos. Si en algún momento decaía la algarabía, alguien repetía la frase -¡FELIZ CUMPLEAÑOS GORDO FEO! Y nuevamente todos a desternillarse de la risa. Incluso el poeta triste dejaba de lado su melancolía momentáneamente, se carcajeaba y luego retornaba a su lloriquear mientras escribía versos;

Así transcurrió toda la noche hasta el amanecer…

El nene con cara de sabio exclamó **-A qué Dios tan jodido se le ocurrió enviar a este ángel con semejante mensaje.

-Ezo e’ verda mi niño…



 (Pieza única. Año 2023. Medidas: 80 X 53 cms. Precio 600 dólares americanos)





12 comentarios:

  1. Veo que ese excelso ángel del que usted escribe tiene cierto parecido a una tal Marilyn Monroe que deseo otro feliz cumpleaños, a otro soberano también rijoso como pocos.
    Humor y fantasía se hermanan bien.
    Salud

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  2. A los dioses nunca les ha importado hacer cosas innecesariamente complicadas para joder a algún mortal, aunque sea sólo para burlarse de él.

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  3. Excelente relato gracias por compartir

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  4. Excelente escrito buenos días

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  5. Eternas lunas para todos

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