jueves, 17 de agosto de 2023

AMANTE DEL FINAL DE LOS TIEMPOS




Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.


  (Derechos de autor, protegidos)



Un mundo anárquico, apocalíptico, sin leyes, con la delincuencia y crímenes campeando en las calles. Asesinatos, violaciones de todo tipo, atentados, tiroteos, batallas campales y masacres. Las autoridades corruptas, globales y totalitarias, no pueden, ni tampoco tienen el mínimo interés en detener esa realidad distópica a la que están expuestos los “comunes mortales”. Los políticos y todas las mal llamadas autoridades no se preocupan mucho por ello, pues estos, sus familiares y allegados se saben bien protegidos por verdaderos ejércitos de guardaespaldas

Los últimos intentos por mantener algo de orden consistieron en utilizar vigilancia y represión tecnológica robotizada, pero resultó un rotundo fracaso, pues el crimen organizado en bandas delincuenciales y asociaciones terroristas estaban eficientemente capacitadas en cibernética, lo que les permitía fácilmente interferir o bloquear el accionar de los drones y los robots, y en muchos casos hasta variaban el propósito de estos artefactos haciéndoles operar a ordenes de los bandos criminales.

La siguiente medida fue la descabellada idea de reclutar asesinos de los más sanguinarios, entrenarlos, dotarles de armamento sofisticado, y ofrecerles jugosas recompensas por eliminar criminales y mantener a raya la delincuencia. A esta elite de psicópatas se les denominó “Ángeles del último día”, y se les confirió el poder de acechar, detectar, atrapar, juzgar, condenar… y ejecutar; todo de manera célere, y bajo su único e indiscutible criterio personal.

Siendo su naturaleza esencial violenta, los “Ángeles del Ultimo día” disfrutaban de cumplir su encomienda… sobre todo a la hora de ejecutar a quienes ellos sindicaban como infractores de la ley y el orden. Con los poderes conferidos, jamás hubo enmienda alguna de su accionar, podían matar a su antojo, y nadie les pediría explicaciones. Los cobros por su macabra labor eran cotizados a destajo. El único requisito para cobrar era que cercenaran las manos al ejecutado, y la llevaran como prueba. Toda esa parafernalia resultaba un verdadero festín para los “Ángeles del último día”. Era común que el maletero de sus vehículos estuviera atestado de manos cercenadas atadas en pares… A más pares de manos mayores remuneraciones.

<<El humano puede estar sumergido en la podredumbre, pero, aun así, siempre es capaz de degradarse más.>>

Eran muchos los “Ángeles del último día” operando por doquier, eso fue mermando la cantidad de presas. Cada vez era más difícil conseguir pares de manos para canjearlas por remuneración. Entonces empezó el ataque a inocentes. La gente comenzó a vivir clandestinamente, ocultándose y cuidando de no toparse con la mira de algún “Ángel del último día”.

Las calles se mostraban vacías, salvo las esporádicas apariciones de algún “Ángel del último día” patrullando en busca de alguna presa.

Finalmente, los “Ángeles del último día” se convirtieron en cazadores y a la vez presas de otros “Ángeles del último día”, razón por la que se terminó derogando el mandato que dio origen a los “Ángeles del último día”.

<<La especie humana, como producto de su propia esencia y sus actos retorcidos, va camino a la desintegración social, y por ende, a su extinción como raza dominante en este planeta...>>




(Pieza única. Año 2023. Medidas: 80 X 53 cms. Precio 600 dólares americanos)


4 comentarios:

  1. Excelente y muy acertada prosa con todo lo que ahora se vive . El hombre ,depredador,destructor, cruel y ambicioso. Saludos cordiales, Excelente poéta ,filósofo y artista plástico Oswaldo Mejía. Un fuerte abrazo, erés genial.

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    1. Gracias por estar presente querida amiga. Un placer tu visita.

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  2. Caballero Oscuro esa es nuestra maldición buscar nuestra autodestrucción saludos hermano

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    1. El ser humano es eel más retorcido de todas las especies habitantes de este mundo. Un abrazo hermano mío.

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