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Debido
a una alteración neurológica, mi propio sistema inmunológico está atacando y
devorando mi sistema nervioso llevándome a la postración. Los médicos dijeron
que es incurable, irreversible y progresivo, pero mi naturaleza no me dicta
resignarme y cruzarme de brazos, por ello recurrí a otros planos en busca de
una oportunidad de cura.
Estoy
descalzo, con ropa holgada, y llevo más de doce horas en ayuno…Son requisitos
para asistir a la ceremonia… Calculo que hay una docena de personas o más,
también en busca de cura para sus males. La oscuridad apenas es herida por el
débil resplandor de una vela encendida.
Hora de
tomar la Medicina, que es el boleto de partida hacia nuestro propio interior. Es
una jalea espesa de sabor extremadamente amarga y astringente, y debemos deglutirla
disolviéndola lentamente con nuestra saliva.
Estoy
ansioso y eufórico pues es mi primer “viaje”, pero intuyo que estoy a instantes
de emprender algo trascendental.
El
shamán nos había advertido -Si en su “viaje” se les presenta la Muerte, no la
esquiven; déjense llevar. Lo mejor que les puede pasar con la Medicina, es que
mueran, después de morir podrán renacer, y su renacimiento será el de un ser
humano sano.-
La luz
de la vela se apagó…
El
viaje ha empezado: Ante mí aparecen hileras paralelas de pequeñas piezas
semejantes a patitas y cuerpos desmembrados de insectos. Las hileras se mueven
sobre bandas de rodamiento como si se tratara de una inmensa factoría
ensambladora. Unas hileras se mueven en horizontal, y otras en vertical, sin
embargo, nunca colisionan entre ellas. Las hileras móviles van separándose,
ensanchando el espacio central, como si me indujera a cruzar ese portal. Me doy
cuenta que no hay forma de resistirme, ese creciiente agujero rectangular está
succionándome. Mi cuerpo pasó de estado sólido a liquido gelatinoso. En ese
estado cruzo el portal y vuelvo a materializarme a solido al otro lado -¡¡PERO
NO HAY PISOO!!- Mi descenso es una rápida caída libre hasta que un enmarañado
de cuerdas o cables me detiene parcialmente. Aquí la reina es la penumbra,
apenas si veo algunos destellos. Ahora caigo escurriéndome entre el enmarañado
de cuerdas, hasta que se acaba la maraña. Intento sujetarme, pero no logro
asirme y continúo mi caída. Todo parece indicar que voy a caer de pie, por lo
cual encojo mis piernas y sujeto mis rodillas con mis brazos.
Mi
caída se detiene cuando mis pies tocan un piso parcialmente inundado. -¡¡ESTOY SINTIENDO UN TERRIBLE ARDOR LACERANTE QUE ME RECORRE DESDE LA INGLE, EL ABDOMEN, Y EL ESTERNÓN, HASTA LA ALTURA DE LOS HOMBROS!! ¡¡ES UNA
SIERRA CIRCULAR QUE ME ESTA PARTIENDO EN DOS!!- Lleno de pánico me pongo de
pie instintivamente, la sierra cesa de cortarme, pero aun así hace frotamiento
con mis carnes y huesos ya cortados. Siento el olor de mis carnes chamuscándose
por el calor que genera la fricción de la hoja circular. ¡¡ME ARDEEEEEEEE!!
Estoy
consciente que se trata de una alucinación, pero todo es tan vívido…tan
real… el dolor…los olores, todas las sensaciones… -¡¡QUIZÁS ESTOY MURIENDO
REALMENTE!!-
¡¡OH,
NOOOOO!! En el agua que inunda el piso sobre el que
estoy parado hay unos bichos gelatinosos, repugnantes, con grandes mandíbulas,
y están devorando mis pies; ahora sólo tengo muñones. Pataleo. Ya están
devorándome por encima de mis tobillos, y la sierra circular se acerca cada vez
más a continuar cortándome, ¡¡SI ME CORTA LA CABEZA MORIREEE!! Con un
salto consigo asirme de unas de las cuerdas que quedaron colgando sobre mi
cabeza. Me sujeto fuertemente. Los repugnantes bichos acuáticos ya no pueden
devorarme, y la sierra circular ya no alcanza a continuar cortándome. ¡¡ME
ESTOY ALEJANDO DE LA MUERTE!!
Cuando
me recupero del trance, estoy boca abajo, echando espuma por la boca,
convulsionando por el pánico. Al haber pataleado en esa posición debo haberme
quebrado la nariz y algunos dedos de los pies; también estoy sangrando
profusamente por la nariz y la boca. El shaman, con la ayuda de otros
asistentes, logran ponerme en posición boca arriba, y se apresuran en limpiarme
y reanimarme...
Mi trunco
“viaje” hacia la muerte ha culminado, pero aún me queda un insoportable dolor
en ambos pies y en la nariz.
-Lo
siento…no tuve el valor suficiente para morir…lo siento...-
Dejarse matar por la vida misma será más doloroso para ese sujeto. No le teme a la muerte pero sí al dolor.
ResponderEliminarGracias por venir hermano mío.
ResponderEliminarCaballero Oscuro renacer es lo más complicado que podemos hacer por qué siempre él dolor nos detenie de dar el siguiente paso saludos y un fuerte abrazo hermano gracias
ResponderEliminarGracias Caballero Oscuro, hermano mío.
EliminarInteresante como ves la vida de tu blog Cada uno de nosotros tenemos un blog que es nosotros mismos
ResponderEliminarbeso
Muy cierto, los blog, en su mayoría son catárticos. Gracias por estar. Beso y abrazo.
EliminarRealmente aterrador , viaje como terrible realida . Saludos cordiales querido amigo, artista plástico y filósofo Oswaldo Mejía. Un abrazo 🤗.
ResponderEliminarGracias querida amiga.
EliminarSaludos cordiales. Luisa Nova Munive.
ResponderEliminarTe adoro Luisa Nova Munive.
EliminarDejarse matar por las vivencias de vida sin luchar para renacer haciéndose mucho más fuerte ante el dolor y así continuar en este plano dimensional para el que nuestra existencia a sido puesta
ResponderEliminarEncantado con tu visita y comentario. Un abrazo.
EliminarÁnimo y mucha fe, los milagros existen agárrate de la mano de nuestro creador. Estaré orando siempre por ti.
ResponderEliminarMuchas grracias.
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