miércoles, 6 de abril de 2022

SENTAOS A ESPERAR

 



Ilustración y prosa de Oswaldo Mejía.

  (Derechos de autor, protegidos)



Allí está la diaria noche de cerrazón, y para variar, reclama enfrentarla. El ojo avizor es el de ese guerrero de siempre, torpe pero testarudo que, aun cuando sólo se le confirió una inútil réplica de espada en frágil madera, jamás retrocedió ante las ridículas parodias de luchar contra las tempestades ¡Reíd, huestes de peregrinos, ante este Quijote de ridículo yelmo en forma de embudo!

“¡No grites mi nombre en la línea del viento, ni escribas tu celo reclamado mi tiempo! Mi adoración está a flor de labios pero escapa a los hechos”. Repetía el calco de tierna Dulcinea, mientras el guerrero de brazos fornidos la miraba atónito pues no comprendía sus palabras.

Este compulsivo peleador lanzaba tajos de salva con la diestra, mientras que con la siniestra sostenía un trozo rectangular de cartulina con un dibujo de fémina desnuda cual escudo. Va dando pasos rengos que no son más que tumbos, pero sin variar su norte que es el frente ¡Que vengan a por él los ejércitos de la falacia y la duda, si desean enterarse de la rudeza de su lomo para afrontar desdichas!

“Vive tu día a día, que para mí paz transito yo. Refúgiate entre tus versos e imágenes del ángel débil, cuyas alas de ayer inutilizaron tus plumas para el hoy”. Era la voz constante de Dulcinea, retumbando en la cabeza del Quijote.

Aconteció un día que, entre la coreografía de pugna, la espada de madera rozó su pierna derecha y se quebró, más un luchador jamás se amilana. Abrió su boca y mostrando su desgastada dentadura, continuó desafiante, amenazando con dentellar a Fulano, Zutano, y al mismísimo Perengano si se interponían entre sus delirios de amores injustos y sueños de editar historias imposibles de vivir.

“Carecen mis libertades de una lengua que lama tus heridas al interior de tu pecho. Hay deseo y afán de risas propias, en primera fila. Lidia tú con los hechizos que te adjudicaste y que para mí son ajenos y tan lejanos como distantes leguas”, pronunciaron los ojillos azulados, huérfanos de cejas en un domingo de cautiverio.

Al oír a su adorada niña, el batallador cerró su jaula portátil y se sentó a degustar el humo de su cigarro barato, aunque no por ello menos adormecedor. En esa posición, y con resignada complacencia, concluyó: 

“Quiere que me vaya a continuar mis guerras a otros confines, justo ahora que perdí mi yelmo de embudo, mi escudo de cartulina y mi espadita de madera que se rompió…”

Aún permanece allí el batallador, mostrando los dientes a Fulano, Zutano, y al mismísimo Perengano…Aunque ya no hay Dulcinea por quien batallar.


 (Pieza única. Año 2013. Medidas: 80 X 53 cms. Precio $.600 dólares americanos)



8 comentarios:

  1. Vivir en el mundo de la fantasía y permanecer en el por siempre interesante amigo

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    1. La fantasía, el refugio por excelencia. Bienvenido hermano.

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  2. Es válido vivir una fantasía de vez en cuando,cada cerebro es una galaxia multifuncional de realidades he irealidades, todo depende de la capacidad de sensatez de cada ser humano.

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    1. Muchísimas gracias por venir y obsequiarme tu comentario.

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  3. Extraordinario,osado e impetuoso, su Fantasía es su realidad. Saludos cordiales excelente artista plástico y escritor Oswaldo Mejía. Un abrazo.

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    1. Quién no ha sido Quijote alguna vez. Gracias Norma. Te adoro.

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  4. Veo mis sueños tan lejos de la realidad

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    1. Los sueños siempe estan lejos de la realidad, pero no por ello dejan de ser reales.

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