Temo a la eterna, silenciosa y solitaria noche entre la que deambulo, pero aun así no detengo mi andar. Habito un mundo de barrotes que a duras penas si los distingo, mas, percibo rejas y encierro por doquier. Creo que fueron destinados para detener mis pasos, y sin embargo no lo consiguen, ya que soy como volátil humo viajando con el viento de aquí para allá, aunque no más allá de esta bóveda oscura donde sólo hay cabida para mí y los demonios que debo enfrentar… mis propios demonios… Sí, ellos son de mi exclusiva propiedad, están dentro de mí; y aunque se empeñan en torturarme mostrándome cada minuto siguiente como insalvable, siempre me doy maña para caminar hacia nuevos instantes que se eternizan junto a mi imperecedera existencia.
Mientras dormía de pie, soñé con una lucecita, tenue, tibia, pero suficiente para que hoy, inicie mi solitario vuelo con una sonrisa…
¿Crees que por soñar lo que quizás no me corresponde soy un orate?
¡Siempre surrealista y erótico con mucha calidad, Oswaldo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu gentil visita.
EliminarAsí es como vivimos en nuestra trampa mental donde nuestros demonios tratan de cortarnos el camino y dejarnos atrapados aunque somos persistentes y seguimos adelante con ellos cómo eterna compañía gracias amigo
ResponderEliminarGracias por venir hermano.
EliminarQue manera tan audaz de enganchar audiencia con estos magníficos relatos. Un saludo desde ANTIGÜEDADES DEL MUNDO
ResponderEliminarMuchas gracias por estar aquí hermano mío.
EliminarBendita la locura que nos permite soñar, dándonos fuerzas de flaqueza para conquistar nuestros miedos, nuestras limitaciones y que nos hace volar más allá de lo que nunca se pensó. Exquisito relato amigo, un gusto pasar a saludarte.
ResponderEliminarMil gracias por ser y estar querida amiga.
EliminarA todos nos corresponde soñar cualquier cosa. Bienvenidos orates.
ResponderEliminarGracias por tu visita hermano mío.
EliminarExcelente escrito! Felicitaciones
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarEs verdad!!! Cada uno vive su propio mundo, venciendo cada día a los demonios que nos atormentan y pretenden azotarnos. Un abrazo querido amigo Oswaldo Mejía. Excelente ilustración y prosa.
ResponderEliminarGracias por tu visita y el obsequiarme tu comentario.
EliminarNo, mi hermano, no eres un orate como dices en tu relato. eres todo un soñador.
ResponderEliminarPara qué te digo que NO, si SÍ...soy un peregrino de sueños.
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